Pediatra - Neonatólogo, Complejo Asistencial Universitario de Burgos. Neurología Neonatal, Fundación NeNe.
Qué entendemos por apego
El apego es un vínculo emocional profundo que se establece entre el niño y sus cuidadores principales y desempeña un papel crucial en su desarrollo neurológico, emocional y social. Un apego seguro proporciona al niño una base de confianza para explorar el mundo, establecer relaciones saludables y regular sus emociones.
Impacto del apego en el desarrollo infantil:
• Regulación emocional: permite al niño aprender a manejar sus emociones, facilitando la autorregulación y reduciendo la probabilidad de desarrollar trastornos emocionales en el futuro.
• Desarrollo del procesamiento sensorial:
favorece la percepción y adaptación del niño a su entorno, lo que es esencial para su interacción y aprendizaje.
• Formación de modelos internos de relación: influye en cómo el niño percibe y se relaciona con los demás, impactando su autoestima y la calidad de sus futuras relaciones afectivas.
• Exploración y aprendizaje: un apego seguro le brinda al niño confianza para explorar su entorno, promoviendo el desarrollo cognitivo y la curiosidad.
• Impacto en la salud física: el apego seguro contribuye a la reducción del estrés y mejora la salud inmune del niño.
¿Existen formas de apego “negativas”?
El apego inseguro ocurre cuando la relación entre el niño y su cuidador no satisface sus necesidades emocionales de manera estable y predecible. Esto puede generar dificultades en el desarrollo social, emocional y psicológico del niño.
Señales de alerta de un apego inseguro son:
a) el miedo excesivo a la separación o indiferencia hacia los cuidadores
b) la evitación del contacto físico o dificultad para expresar emociones
c) los problemas de socialización o conductas agresivas.
¿Qué factores influyen en el tipo de apego?
El tipo de apego que desarrolla un niño depende de diversos factores:
• Temperamento del niño: algunos niños requieren más seguridad emocional debido a su sensibilidad natural.
• Salud emocional de los padres: padres con estrés crónico, ansiedad o depresión pueden tener dificultades para establecer un apego seguro.
• Condiciones socioeconómicas: la falta de apoyo social o la inestabilidad familiar pueden afectar la calidad del apego.
• Experiencias traumáticas: situaciones de maltrato, negligencia o separaciones tempranas pueden generar patrones de apego desorganizado.
Tanto el apego como el vínculo son fundamentales en la infancia, pero cumplen funciones distintas en el desarrollo del niño. Mientras que el apego seguro es esencial en los primeros años de vida, el vínculo saludable es clave para su crecimiento emocional y social a lo largo del tiempo.
El apego es una relación emocional profunda entre el niño y sus cuidadores principales (padres, abuelos, etc.), basada en la seguridad y protección. Es clave en los primeros años de vida (0-5 años) para el desarrollo emocional y la confianza básica. El vínculo es una relación afectiva más amplia que el niño establece con otras personas (familia, amigos, maestros, comunidad). Se desarrolla a lo largo de la infancia y adolescencia, fomentando la autonomía y la socialización.
Por ejemplo: un bebé necesita apego seguro con su madre o padre para sentirse protegido y regular sus emociones, pero un niño en edad escolar necesita vínculos saludables con amigos, maestros y familiares para aprender a relacionarse con el mundo.
La mejor estrategia es fomentar el apego seguro primero (sobre todo primeros 5 años) y, conforme el niño crezca (sobre todo a partir de los 3 a 5 años), ayudarlo a construir vínculos saludables con otras personas.
¿Apego o vínculo en el adulto?
El apego y el vínculo generan efectos diferentes en el crecimiento interior y la conexión con los demás:
Finalmente, la salud psicoemocional de los padres y educadores es fundamental para el desarrollo de un apego seguro y la formación de vínculos saludables en los niños.
Cuando en los adultos existe un bienestar emocional adecuado, estos pueden responder de manera sensible y coherente a las necesidades de los niños, estableciendo una base sólida para su desarrollo emocional y social.