Enfermero de diálisis en el HUBU y responsable de hospitalización del equipo START. Blog: elenfermeroqueviajasinbotiquin.com
"Siempre que veo a un adulto encima de una bicicleta recupero la esperanza en el futuro de la raza humana".
H. G. Wells.
Inauguro esta nueva sección denominada Cicloterapia con un objetivo claro: fomentar el uso de la bicicleta dando a conocer los múltiples beneficios que aporta, no sólo a nivel individual sino también, y muy especialmente, a nivel colectivo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ofrecer una infraestructura segura para las actividades físicas, como caminar o andar en bicicleta, es el camino para alcanzar una mayor equidad en materia de salud, dado que reduce el riesgo de contraer enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, ciertos tipos de cáncer, diabetes e incluso la muerte. La mejora del transporte activo (caminar, montar en bicicleta o usar el transporte público) no es por tanto sólo una cuestión de salud, es crucial para solucionar los problemas de movilidad de las ciudades, para mitigar el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero debido al crecimiento de la población y para mejorar la calidad del aire y la seguridad vial.
Comparto ahora mi experiencia personal. En el año 2005 sufrí una lesión de rodilla por sobrepeso. Tras la intervención quirúrgica comencé a pedalear como parte de mi recuperación. No sospechaba entonces que hoy, 17 años después, el cuentakilómetros de mi bicicleta se aproximaría ya a las 6 cifras (100.000 kms).
En el año 2011 sufrí un accidente de circulación y mi automóvil quedó para chatarra. Lejos de suponerme un hándicap a la hora de viajar, desde entonces, alternando medios de transporte activo, llevo visitados 44 países en 54 cicloviajes diferentes. Así pues, además del uso urbano y el uso deportivo, el cicloturismo es la tercera modalidad de ciclismo que practico. Básicamente se trata de elegir un destino sugerente y cargar en un par de alforjas lo necesario para viajar de manera autónoma. En mi caso nunca faltan la tienda de campaña, el saco de dormir, el infiernillo de gas y la ducha portátil. Ah, y por supuesto un diario de viaje en el que anotar las miles de anécdotas que aguardan en el camino.
Una vez alcanzado el destino elegido, ya sea por autobús, barco, tren o avión, comienza la aventura. La libertad es absoluta, y engancha. Pedalear sin prisas y con pausas, comer cuando tienes hambre, dormir bajo hoteles de 1000 estrellas. El paisaje y el paisanaje cambian lentamente. Cruzas fronteras, cambias moneda, aprendes a saludar en otros idiomas. Pasan días, semanas, para los viajeros de largo recorrido meses e incluso años. Coleccionas recuerdos, la inmensa mayoría positivos. Recibes innumerables muestras de apoyo por parte de la población local, especialmente cuando viajas en solitario por países denominados “pobres”. Finalmente llega el agridulce momento de la vuelta; feliz por regresar junto a los tuyos, triste por volver a una rutina que ya no te satisface, ilusionado por emprender el siguiente viaje.
Esta es mi historia, y puede que con el tiempo sea también la de alguno de ustedes. Les animo a montar en bicicleta en sus desplazamientos cotidianos, a practicar un ciclismo deportivo y ¿por qué no? a viajar en bici. En ese caso comiencen visitando paraísos cercanos. Si viajan solos las experiencias resultarán más intensas, si lo hacen acompañados multiplicarán alegrías. Burgos es una provincia llena de rincones mágicos que merecen conocerse a golpe de pedal. Gozamos de muchas infraestructuras: Caminos de Santiago, Vías Verdes, Eurovelos… que conforman itinerarios ciclistas seguros y accesibles para todo tipo de usuarios.
Nos vemos en el camino…