Nefrología Infantil, Jefe de Servicio de Pediatría, Hospital Universitario de Burgos
Hematuria significa presencia anómala de sangre en la orina. Puede ser visible a simple vista (hematuria macroscópica) o solamente detectable mediante el estudio microscópico de la orina (hematuria microscópica). En el primer caso puede ocasionar una gran ansiedad en el niño y en la familia, lo que motiva la consulta urgente por el temor de que sea causado por una enfermedad importante que precise rápido diagnóstico y tratamiento.
Además la sangre es “muy aparatosa”, con la presencia de al menos un mililitro de sangre en un litro de orina ya se cambia su color habitual y le proporciona aspecto hematúrico.
Confirmación de la hematuria
En todos los pacientes con sospecha de hematuria de debe de realizar una tira reactiva de orina. Si muestra resultados negativos para sangre significa que no hay hematuria, pero si resulta positivo debe realizarse un examen microscópico para confirmar la presencia de una cantidad anómala de glóbulos rojos, porque puede tratarse de una falsa hematuria:
• En ocasiones nos encontramos con orinas coloreadas por sustancias que confieren un aspecto que nos hace sospechar la presencia de sangre. Determinados fármacos, alimentos, colorantes, o incluso sustancias endógenas (uratos, mioglobina) pueden teñir la orina y dar la impresión de que contiene sangre.
• Tampoco es suficiente con realizar una tira reactiva de orina, en la que también podemos ver falsos positivos para sangre por la presencia de otros compuestos químicos que colorean el reactivo de la tira de orina. Por ello, ante un paciente con sospecha de hematuria se debe realizar un análisis de orina que incluya el estudio microbiológico y así confirmar (o descartar) la presencia de glóbulos rojos.
El color de la orina hematúrica puede variar ampliamente, desde tonalidades sonrosadas, hasta rojo más o menos intenso, pero también podemos encontrarnos con colores pardo-oscuros, como bebida de cola. La tonalidad puede depender del origen de la hematuria, de su intensidad, y del tiempo de contacto de las células sanguíneas con la orina.
Además de macro o microscópica, podemos distinguir varios tipos de hematuria:
1. Según el momento de aparición durante la micción: Inicial, terminal, total Estas características orientan sobre la localización del origen del sangrado.
2. Respecto a su duración: persistente o transitoria, según dure más o menos de 6 meses.
3. Glomerular (su origen está en la estructura renal que “filtra” la sangre) o extraglomerular. Determinadas características de la hematuria y de los análisis de orina pueden ayudarnos a distinguir su origen.
4. Sintomática (se acompaña de manifestaciones clínicas de enfermedad, bien sea a nivel de aparato urinario en otras localizaciones) o asintomática.
Detallar y pormenorizar las características de la hematuria es importante para poder planificar las exploraciones complementarias con el fin de realizar un adecuado diagnóstico del proceso subyacente.
¿Cuáles son lasprincipales causas de hematuria?
La hematuria en los niños puede ser debida a múltiples y muy diversas causas; con la intención de exponerlas de forma simplificada podemos resumirlas en:
• Infecciones de las vías urinarias. Infecciones de otras localizaciones.
• Inflamaciones renales.
• Hematuria por ejercicio.
• Litiasis.
• Enfermedades sistémicas y/o reumatológicas.
• Enfermedades hematúricas familiares.
• Traumatismos del aparato urinario
• Lesión renal tóxica (medicamentos y otras sustancias).
• Alteraciones metabólicas.
• Enfermedades renales quísticas
• Patología vascular (malformaciones, trombosis vasos renales)
• Tumores renales y perirrenales
• Malformaciones urinarias.
• Alteraciones de la coagulación
• Hemoglobinopatías
• Otras.
Las causas principales de hematuria macroscópica en el niño son las infecciones del tracto urinario, los traumatismos y las irritaciones/heridas del área genital y perineal. Menos frecuentes son la hipercalciuria, la urolitiasis, las enfermedades glomerulares y los tumores. En cuanto a las hematurias microscópicas pueden deberse a infecciones urinarias, traumatismos, y ejercicio físico cuando son transitorias. Las microscópicas persistentes más frecuentes son debidas a hipercalciuria y enfermedades glomerulares.
La hematuria microscópica generalmente se descubre al realizar una analítica de orina, motivada por algún síntoma del aparato urinario o en el curso de un estudio por otros procesos en los que puede haber participación renal.
¿Qué debemos hacer ante la sospecha de hematuria?
En el caso de hematuria macroscópica el niño debe de ser valorado por un pediatra, que pondrá en marcha los estudios precisos para establecer el origen del proceso, así como iniciar el tratamiento que precise.
¿Será necesario realizar pruebas y estudios?
Sí. Como ya hemos indicado, es necesario confirmar la hematuria con analítica de orina (y examen microscópico del sedimento urinario).
Es importante realizar una historia clínica, en la que se incluirán las características de la hematuria y síntomas acompañantes, y se revisarán los antecedentes médicos, tanto personales como familiares. Se debe de llevar a cabo una minuciosa y detallada exploración física en la búsqueda de edemas, exantemas, signos de infección, puntos dolorosos o dolor irradiado, afectación articular, y no debe faltar un examen de área genital.
Las características de la orina, la sintomatología asociada, los antecedentes y los datos de la exploración orientarán sobre las pruebas complementarias (analíticas, ecografías, otras pruebas de imagen, etc.) que se deben realizar para establecer el diagnóstico y el tratamiento que precise.
Conviene señalar que no siempre vamos a llegar a identificar la causa de la hematuria. Se han publicado muchas series de casos en los que en cerca del 30 por ciento de los pacientes no era posible realizar el diagnóstico preciso, especialmente en los casos de hematurias transitorias y sin otras manifestaciones acompañantes. Aunque nos puede quedar una sensación de decepción porque no se ha llegado a descubrir la causa de la hematuria a pesar de las múltiples pruebas realizadas, también hay que pensar que estos estudios nos han permitido descartar las causas más importantes en cuanto a su gravedad y pronóstico. En estos casos en los que no se ha llegado a realizar un diagnóstico concreto de la causa que ha ocasionado la hematuria procede realizar un seguimiento del paciente, buscando nuevas manifestaciones clínicas o analíticas para realizar nuevos estudios.
¿Necesitará tratamiento?
Dependerá de la causa que ha originado la hematuria. Si es debida a una infección de las vías urinarias debe recibir tratamiento antibiótico. Otras causas de hematuria pueden no requerir un tratamiento medicamentoso.